"Hoy los buenos recuerdos...

Se caen por las escaleras y tras varios tequilas las nubes se van, pero el sol no regresa". Como ya lo senalé en mi último texto de wattpad, esta canción es una joya. Una maravilla. Tanto como para cuando quieres olvidar un amor terrible, o simplemente cantar algo súper genial en el karaoke.

Creo que lo que más me gusta de esa canción (o lo que más me divierte) es entender que es una falsa esperanza de superación. Déjame explicar:

La vocalista interpreta a una chica que sabe que está mal. Se ha acabado hasta los últimos centavos entre la humareda del alcohol. Sabe que no tiene la cabeza en su lugar y que poco a poco se pierde a ella misma en esa manía de vida que le ha tocado.

Sin embargo, jamás se atreverá a mostrar ese lado de la historia a la persona que provocó ese estado.

Quizá por orgullo. Quizá por vergüenza. Sea cual sea la razón, no puedo evitar preguntarme:

¿Por qué lo hace?

Y sé muy bien cuál es la respuesta, porque creo que a todos nos ha pasado.

Es muy difícil (por no decir terriblemente difícil), coger el teléfono y rogar volver con alguien, mucho más si ese alguien ha sido un estúpido con uno o tú has sido el ingrato que merece sumergirse en vodka.

Creo que antes ya me habpia hecho estos cuestionamientos, pero es que, por más que lo intento, por más que veo cómo cambiar las variables y las situaciones, siempre llego a la misma conclusión.

"La vida es muy corta como para estarse arrepintiendo"

Llámala si necesitas hablar con ella. Escribele si quieres saber de él. Llora y ríe cuando quieras. Cuando lo necesites. Cuando se te venga en gana. La vida es muy corta como para estarse preguntando dilemas sin sentido.

Pero, la verdad, es que aún con esa respuesta clara sobre mi cabeza; a la hora de actuar, soy incoherente.

Completamente incoherente.

¿Por qué lo hago?

¿Por qué dejo que el miedo por decir lo que uno siente, lo que uno necesita para desahogarse, me carcoma y me destruya?

Quizá porque, al igual que la canción de la Quinta Estación, es más fácil huir entre la humareda del alcohol, fingir falsa superación y llorar, esperando que el tiempo te permita olvidar...

Pero, claro, sería una lástima que aquello no bastara, ¿verdad?